domingo, 27 de mayo de 2012

Sing

"Llevamos tanto tiempo siendo amigas, y no tenía idea de cuánto te gusta cantar" Me dijo una amiga de hace años y no pude evitar sonreír.

La música me ha dado mucho más de lo que yo le habría podido aportar. La verdad es que no me imagino un día sin traer una canción en la mente, un momento de silencio que se rompa con el zapateo al ritmo de una melodía o simplemente tomar prestadas las letras de algún autor para expresar lo que yo no alcanzo a decir.

Cantar es mi momento más elevado, sin tener talento ni bonita voz, me siento "lo más" cuando canto, cuando puedo sostener una nota que quién sabe si exista, cuando puedo decir las frases de memoria cómo las canta el original. Te aseguro que en ese instante no me siento rota ni defectuosa, puedo cantar con todo el dolor y la imagen en mi mente de esa persona haciéndome un nudo en la garganta, pero al finalizar me siento feliz y satisfecha y de alguna forma me gusto, me caigo bien por haber hecho tremendo ridículo y no haberme reprimido en nada.

Anoche le canté a los hombres de mi vida, al que evitó que la flamita de la esperanza se extinguiera y por supuesto, al que me rompió el corazón con su indiferencia. Lo he mencionado antes, las canciones me han concedido la revancha, me han procurado el escenario perfecto en el que yo no sería la que se queda triste al final ni la que siente que se ha perdido algo que valía cualquier pena, también me han alcanzado los momentos más románticos y más nobles, cantar me acerca a esos momentos para los que las canciones fueron escritas, sean de amor, de decepción o simplemente para amenizar un momento con tonterías y reír a carcajadas.

Dice la canción: vivo por ella, la verdad es que vivimos gracias a ella.

jueves, 24 de mayo de 2012

Feliz Cumpleaños, Pixie!


He cumplido un año más de vida y por primera vez, he notado todos esos cambios que se supone llegan con la edad y la experiencia.

Siento que ya no queda espacio para esa adolescente berrinchuda que vive en mi, creo que le tengo que dar lugar a lo que sueño y espero y por fin dedicarme a completar todo lo que necesito para terminar la universidad y empezar mi vida laboral.

Decidí que no puedo detenerme a llorar siempre, que tengo que aprender a caminar, aunque sea con la mirada borrosa y sin ninguna  certeza más la de seguir adelante, pase lo que pase.

Sé que ya es tiempo de hacer limpieza de costumbres y personas que han seguido ancladas a mi y que se convirtieron en una carga más. No debo atribuirle a los sentimientos del pasado todo el valor de una persona que hoy, en el presente, no me hace feliz ni aporta nada a mi crecimiento.

Tengo que hacerme responsable sólo de mi y mi mascota. No tengo que intentar salvar siempre todo y a todos, porque no habrá nadie que venga a salvarme a mi después. Debo entender que amarme a mi misma por encima de todas las cosas, no es un acto egoísta, sino uno de supervivencia.

Sobretodo, no debo dejar ir mi esencia ni a las personas que me ayudaron a construirla.

Extrañaré siempre a mi mamá, siempre me hará falta, pero debo concentrarme en que ella ha llegado a lo más elevado y sublime y ahora me toca a mi trazar mi camino para alcanzarla, la mejor forma de demostrarle cuánto la amo y cuán importante es para mi, es siguiendo adelante con todo lo que me enseñó y lo que yo le aprendí.

Si este año se viene el fin del mundo, quiero llegar a él haciendo lo que tenía pensando al principio. No puedo, no debo seguir llorando por angustia de lo desconocido, ni por el amor que  jamás desperté en quienes yo quería. Debo hacerme a la idea de que, quienes quisieron ir a la par conmigo y verme despejar el vuelo, estuvieron ahí siempre cuando los necesité y, por más doloroso que sea, todas las personas tenemos una fecha de caducidad en la vida de los demás y de nada sirve querer salvar algo que ya no está, aunque mi corazón me mienta diciendo que sí.

Es curioso… hubo personas que hicieron lo imposible para hacer presencia y no dejarme sola, cómo anticipándose al duelo que venían maquilando mis ganas de tirar todo a la basura con el rayito de esperanza que se expande con esas muestras de cariño.

Voy a esforzarme por acercarme más a ese estado sublime.






Feliz Cumpleaños, Pixie!

jueves, 10 de mayo de 2012

Feliz Día


Lo que siempre me molestó de este día fue el amor forzado que se esparce por todas partes. Todo mundo habla de regalos para mamá y todos pensamos que tenemos la mejor mamá del mundo, sólo en este día nos aventuramos a hacer esta reflexión que en otras fechas no tiene lugar ni sentido alguno.

Mi mamá era promedio, debo decir: ni muy mala ni muy buena. Ella y yo éramos completamente diferentes, las cosas que a ella le gustaban a mi siempre me causaban conflicto. Yo siempre he sido cursi, hogareña y preocupona, mi mamá solía reírse de las veces que lloraba viendo películas y solía salir con sus amigas a bailar a salones.

Tengo una carta que me escribió cuando yo estaba en la secundaria y en ella está escrito, por única ocasión, que estaba orgullosa de mi. No solíamos hablar de sentimientos ni sueños; hablábamos de lo que había acontecido en el día, de lo que tendríamos que hacer al día siguiente. Ella me hablaba de ciertos problemas con mi papá y la única vez que le hablé de un –trauma- con un chico, me regañó por no haberle contado antes.

Sé que ella esperaba cosas diferentes de mi, así como yo también esperé detalles de su parte. Éramos muy diferentes.

Pero tuvimos nuestros momentos, recuerdo esa mañana en que me miró mientras me arreglaba para ir a la escuela y de pronto me abrazó sin decirme nada, o las incontables ocasiones en que me compraba un helado y nos sentábamos a platicar en la placita.

Siempre confió en mi y nunca cuestionó mis decisiones, aunque le complicaran las finanzas o no las compartiera. Aunque tuviera modos bruscos de expresarse, al final siempre me tendió la mano y me facilitó el camino para lograr mis metas. Todos pensamos que nuestros papás harían cualquier cosa por nosotros, pocos tenemos la oportunidad de verlo.

Yo la recuerdo en este día, porque sé que le gustaba. Espero verle en mis sueños para darle su abrazo y ponernos al día. Sin llorar, sólo sonreír, cómo antes.