viernes, 25 de enero de 2013

Tuya

No sé, seguro sí, si los filósofos se han ocupado de distinguir al amor del sexo, es un tema tan cotidiano y a la vez tan censurado a lo largo del tiempo, que aún ahora me parece extraño que algunas personas condenen la vida sexual cómo el fin maldito cuando no hay amor.

Creo que hoy ya no se puede hablar de libertinaje cómo en tiempos anteriores, por ello me cuesta trabajo entender a las personas que hoy mantienen posturas rígidas respecto a la sexualidad, "despreciándola" al lado del amor, que es todo bonito y rosa

Yo pienso que en el amor hay sexualidad, involucre relaciones sexuales o no, uno no se quita el sexo para interactuar con amigos, hermanos y demás familiares, es precisamente el sexo el que define dicha interacción:  en la forma cómo le hablas y te diriges. En el amor romántico, de pareja, el sexo está involucrado además, para el acoplamiento que debe crearse para tener relaciones sexuales, o coger, cómo prefiero decirlo.

Aún así, aunque siempre está presente la sexualidad, el amor y el sexo (o coger) son cosas distintas que pueden convivir perfectamente, pero eso, son dos cosas separadas. Por ello me hace ruido que aún se mantenga la idea de que alguien que gusta de coger, es porque no ha encontrado el amor y que alguien que está enamorado ya no coge, "hace el amor".

El romanticismo es bello, pero no tiene que empañar el intelecto ni el nombrar las cosas cómo son. El sexo no es el consuelo del que no tiene amor, uno coge cuando quiere y puede, igual que uno ama cuando puede y quiere.