La vi sentada mientras se comía una ciruela, la vi y yo estaba consciente de que sólo en un sueño la volvería a ver, mi corazón palpitaba fuerte mientras me acercaba y ella me volteaba a ver con ese aire de extrañeza que siempre me lanzaba en vida cuando hacía algo fuera de lo común. Sabía perfectamente que era un sueño y que me acercaba a un fantasma, lo sabía pero no dejaba de mirarla mientras daba cada paso con el corazón a punto de salirme del pecho y ella me volteaba a ver cada vez más extrañada. Entonces acerqué mi mano a su hombro. Sentí la suavidad de su vestimenta, un poquito de calor, sonreí y me apresuré a abrazarla y darle uno de esos besos tronados que siempre le daba y le molestaban por empalagosos, ella me respondió como siempre.
Te extraño, le dije en mi mente, mientras mis ojos se abrían al despertar.
Me gustó. Esas fantasías que nos brinda el recuerdo.
ResponderEliminar*abrazo*
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