domingo, 16 de marzo de 2014

Everlong

Luego de una terrible época de desempleo y ocio, me dieron la oportunidad de trabajar medio tiempo en Recursos Humanos de una "Empresa de Telecomunicaciones", un área de trabajo de la que nos burlamos mucho los psicólogos clínicos y por la que despreciamos más a los psicólogos laborales, y en cierto modo, fue bueno tragarme algunas de mis palabras y darme cuenta de que el mundo extraño de los coffee break y el clima laboral, no es tan simplón cómo yo creía. 

Lo mejor de este tiempo trabajando ahí fue la oportunidad de aprender del rubro y de mí misma, lo que me ha dado las armas para hoy decir con orgullo y la frente en alto: ODIO RECURSOS HUMANOS, NO QUIERO VOLVER A HACER ESTO EN MI VIDA! Las capacitaciones, las incidencias, el reclutamiento, lidiar con el ego inflado de supervisores, jefes y gerentes no es nada cuando recuerdas que trabajas para una gran empresa con intereses propios que no tienen nada que ver con tus ideales personales y terminas haciendo cosas >>miserables<< por el bien de esa empresa.

Además de eso, una racha espantosa de enfermedades me ha acosado desde finales del año pasado, enfermedades que son consecuencia del estrés y la vida godinez (oh ironía) y además, cómo cereza del pastel, resulta que ahora padezco una curiosa enfermedad que tiene que ver con huesos, tumores y mi cachete feliz. El mayor problema de esto no son los análisis de sangre, las costosas tomografías y cirugías, para mí, lo más molesto de esta situación ha sido lidiar con las preocupaciones y temores de mi familia, quienes ya están un poco traumados, por lo que me siento con la obligación de contenerlos de alguna manera, que no sirve de nada, pero bueno. La cosa es que recibir constantes llamadas preguntando qué he hecho, cómo, cuándo y por qué a cada rato, no es agradable, quisiera que entendieran que agradezco su preocupación, de verdad lo hago, pero tengo otras cosas que resolver al mismo tiempo y que no es que me valga y me quede de brazos cruzados, pero quiero tener la libertad de hacer las cosas cuando puedo y quiero hacerlas, pero es familia y todos sabemos que nunca entienden razones. 

He aprendido mucho de mí y de las personas en estos meses. Decepciones, desengaños, nuevas expectativas e ilusiones han ido y venido, parte de ser mujer de veintítantos, futura desempleada, enferma y socialmente ambigua, parte de ser yo, toda loca y extraña cómo siempre. Aún así, tengo grandes esperanzas para este año, por lo menos no he tenido tiempo para aburrirme.

1 comentario:

Lady Diabla dijo...

Hola! veo que sigues escribiendo con regularidad, yo apenas volvi a leer a gente que leia hace años... bueno directo al garno, te tengo una propuesta, quisieras participar en un colectivo de puras chavas? vamos empezando, me gusta como escribes y si te interesa podemos hablarlo, te dejo mi mail. yanoquieronad@gmail.com

Saludos!