viernes, 13 de mayo de 2011

Necesito Un Amuleto

Las supersticiones comunes me parecen una tontería, cómo un lindo gatito negro te podría dar mala suerte? No las entiendo ni me interesa hacerlo, cada quien tendrá un motivo para creer en eso. Sin embargo, por muy curioso que sea en una persona con mi formación psicológica-psicoanalista, con el tiempo me he hecho de ciertas creencias que se van arraigando a mi cada vez más.

La más significativa tiene que ver con los planes, lo que siento, lo que pienso. Un buen día me dí cuenta que la primera vez que no canté victoria, el gusto por eso me duró muchisísimo. En adelante empecé a ser más reservada con mis sentimientos y los planes con ciertas personas; me costaba mucho trabajo callarme la felicidad inmensa que me provocaba la expectativa de algo increíble, aún así lo hacía y en esas ocasiones me incrusté más esta dinámica de reservarme mi felicidad sólo para mi, para que esos momentos de desolación disminuyeran en medida de lo posible.

Sin embargo, como dicta la Ley de Murphy, no me duró mucho tiempo y la estabilidad se me fue acabando aún cuando permaneciera callada. Con mis últimas experiencias con hombres me he dado cuenta de que nada depende de mi, nada.

Que puedo mostrar toda la disposición para pasarla bien o para prometernos todo lo que dure y aún así, por más que me encariñe con alguien, nada me asegura que esa persona me corresponderá justo como espero o a veces, hasta merezco.

Y es que se me hace horrible que, si me siento muy contenta por haber conocido a alguien especial, no lo pueda compartir con alguien por temor a que se acabe, por eso hace un par de semanas le hablé de él a mi amiga y se sintió bien...

Pero como la vida es una perra, en los días siguientes disminuyó el contacto y hoy creo que se ha acabado la magia. Empiezo a pensar que el amor me da mala suerte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay un principio muy sencillo, pero que pocos practican, se trata de tener siempre presente que no puedes controlar las circunstancias ni a las personas. Lo único que puedes controlar es tu respuesta.

D dijo...

Acuérdate del final de "Annie Hall"...el chiste de los huevos.