Escuchar tu voz de nuevo me hizo sentir un alivio que había olvidado que necesitaba, tu ligereza para hablarme cómo si hubiéramos charlado hace un par de días, esa forma de hablar tan barroca para mí y tan tierna... Te extraño, pero no sé cómo acercarme, la verdad es que no sé ser tu amiga; es que siempre te querré más de lo que supones y que siempre estaré aquí sentada, esperando mi turno, esperando la oportunidad de hacerte sentir un poco de lo que tú despertaste en mí y que no he podido callar. Es que quiero ver tus ojos a través del cristal de tus anteojos y decirte te quiero, para que cuando te enamores de alguien sepas distinguir al amor verdadero.
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