domingo, 19 de junio de 2011

Listón Negro

Sentí lo que es tener tener el corazón roto de verdad, cuando mientras la veía dormir a través del cristal, me dí cuenta de que ella nunca volvería a pronunciar mi nombre ni mirarme a los ojos.

Comprendí que, si aún antes del martes me parecía imposible volver a tener una emoción más allá del hastío, de ahora en adelante la desolación viviría en mí, dentro de mi cuerpo latente para que en cualquier momento brote y me recuerde que estoy rota, que nunca volveré a estar completa y por lo tanto, nunca volveré a ser feliz, porque ella siempre me faltará.

Me dí cuenta de que las personas cada día caducan más rápido, que hay gente que ya ni siquiera se esfuerza por encontrar las palabras, creen que te dan ánimo diciendo únicamente "no hay nada que decir"; pero siempre hay algo que decir, las personas se vuelven celosas de sus pensamientos en las pérdidas y prefieren guardar silencio, bah! el silencio imperará en mi casa de ahora en adelante, no necesito más.

Escuché llantos que jamás había oído [incluido el propio]. Por primera vez en la vida tuve la mente completamente nublada, sin palabras e imágenes, sólo mi oído registrando sollozos a lo lejos. Aprendí que las personas que dicen que están contigo, si de verdad lo quieren, pueden hacer presencia más allá de la física, también sentí el dolor de recibir palabras de compromiso, sin ningún significado y sólo con la intención de no parecer indiferente.

Hay días en los que he reído a carcajadas y platicado de frivolidades; el costo es elevado cuando me sitúo en tierra de nuevo, pero igual, de nuevo vuelo con ese terrible sentimiento que me aborda y me dice que la volveré a ver, que me volverá a hablar, que me quitará mi mano diciendo que está muy caliente y nos sentaremos a ver televisión.

Mi mamá siempre me dio lecciones de la forma más inusual posible, con su partida me ha dado la más grande, que es esperanzadora y desoladora a la vez: es que la certeza de los sentimientos casi siempre viene después de una pérdida, me dí cuenta de lo importante, lo significante que ella era para mi cuándo vi su cuerpo ahí, a través del cristal

2 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Estoy contigo. Te escribi.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Te escribiré un poema cuando mueras; para que todos sepan que eras una buena persona, para que tus virtudes salten a la vista de aquellos que no te conocieron.

Te escribiré un poema cuando tu corazón se detenga de una vez y para siempre; para que todos sepan que de veras, todo por servir se acaba... y tú siempre tan servicial, y siempre tu corazón tan apasionado.

Te escribiré un poema cuando tus ojos se apaguen; para no brillar más; para que todos sepan que extrañaré esa sinceridad con la que mirabas y la profundidad de tus oscuros ojos cafés.

Te escribiré un poema cuando no salga de tu boca palabra alguna; para que todos sepan que extraño tu conversación, pero más aún: la forma en que decías mi nombre.

Te escribiré un poema cuando la fuerza de la carne te abandone; para que todos sepan cuánto me hace falta tu abrazo y tu calor, tan inexplicablemente tuyo.

Te escribiré un poema cuando de tus pensamientos solo queden palabras y recuerdos en la memoria de nosotros, tus amigos; para que todos sepan que no has viajado en vano a través de este camino.

Te escribiré un poema cuando mueras para que todos sepan que moriste... Y que te extrañan mi cuerpo y mi mente... porque te fuiste sin despedirte.

...hoy estoy triste...