lunes, 11 de junio de 2012

Madrugada

Ahí están, cada uno de ellos en sus camas. Alguno seguramente soñando, otros tal vez estén pensando en lo que han dejado atrás, en lo que viene, o enfocándose al día a día, ahí están, cada uno de ellos. Seguramente no piensan en nuestra historia, en cómo todo está a punto de cambiar, cada uno por razones distintas, cada uno con planes diferentes, pero todos en mi mente, en el mismo lugar, sentados uno al lado del otro, con mi atuendo favorito y mi sonrisa, esa sonrisa que me han dado sólo a mi, que es mi mejor logro, su sonrisa, tan limpia y serena. Una tan llena de picardía y deseo, una con cansancio, otra con esperanza y la última, la más dolorosa, que evoca a las demás de alguna forma, es la que menos entiendo y más recuerdo, era de verdad? De verdad era mía?
Ahí siguen, mirándome, esperando tal vez que dé el primer paso, no he dado muchos ya? Parece que no, porque ahí siguen, inmóviles, sonriéndome y luciendo su mejor atuendo sólo para mi y me miran, con esas miradas que han hecho que me tiemblen las piernas y el corazón palpite como si tuviera ganas de salir y encontrar a su compañero.
Me miran, no puedo decirles que no, nunca he podido, nunca podré. Cada uno me tiene, le pertenezco de alguna forma, al que acabo de conocer y con quien he compartido más tiempo, me he esforzado para que cada uno tenga lo mejor de mi en ese momento, eso nunca ha sido suficiente, de otra forma no estaría ahora mirándoles verme desde su lugar en mi mente esperando a que yo dé un paso en alguna dirección... Pero es que temo tanto perder!! He dado todo, todo siempre sin medida, no puedo querer poquito, recuerdan? No puedo quedarme al margen, ni dejar de extrañar, ni dejar de desear que me deseen, que no sólo me quieran poquito, que me anhelen...
Que me mires ahí, en tu mente, con esa sonrisa que es sólo tuya... de pie, esperando a que des el siguiente paso.

No hay comentarios: